Motorizar una persiana parece bastante sencillo, pero hay un aspecto fundamental que debe tenerse en cuenta si se quieren evitar problemas de funcionamiento o someter a un estrés excesivo al sistema: el peso de la propia persiana, un factor decisivo tanto en la elección del motor para la persiana más adecuado como en el desarrollo de todo el sistema.
¿Pero cómo se calcula el peso de una persiana enrollable? La fórmula no es tan intuitiva como podría parecer, por lo que requiere un mínimo de atención.
¿Qué se necesita para calcular correctamente el peso de una persiana?
Para calcular el peso de una persiana enrollable que se quiera motorizar primero hay que conocer sus dimensiones de alto y ancho: una vez tomadas las medidas y multiplicadas entre sí, se obtiene la superficie total en metros cuadrados, fundamental para determinar el peso real.
De hecho, depende de las dimensiones totales de la persiana, pero también del material con el que está fabricada: el acero utilizado para las persianas blindadas, por ejemplo, tiene un peso que varía de 8 a 10 kg por metro cuadrado, mientras que las de PVC pesan entre 4 y 7 kg.
Las dimensiones de alto y de ancho y el material dan como resultado la fórmula para calcular el peso correcto de cada persiana, que es la siguiente: Peso [kg] = Ancho [m] x Alto [m] x Peso por m2 [kg/m2]
Cómo elegir el motor adecuado para nuestra persiana
Una vez definido el factor clave para el desarrollo del sistema de automatización, es decir, el peso, lo único que nos queda es comprender cómo elegir el motor adecuado para nuestra persiana.
Según el peso de la persiana, de hecho, varía la potencia del motor, que debe tener una capacidad al menos igual (o superior) a los kilogramos que pese la persiana. La instalación de un motor demasiado pequeño podría dar lugar a un mal funcionamiento o, peor aún, a la rotura del mismo.
Otro factor a evaluar es el uso que se haga de la automatización y su posible integración en un sistema domótico, de modo que la persiana pueda abrirse y cerrarse (o regularse) de forma autónoma, según las necesidades específicas de cada uno y las condiciones del entorno.